TOC! TOC! -¿Quién es? (Parte 1)

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Perfeccionista 

 

A veces me divierto imaginando que soy un fantasma, anclado al mundo por algún asunto pendiente que no puedo dejar atrás. 

Crecí entre adultos y de entre mis hermanos mayores, el menor de ellos estudió psicología; gracias a eso tuve a mi alcance libros que me fueron muy útiles para darle forma a mi realidad interna. Un buen día, mientras estaba en mis asuntos (como siempre), escuché una conversación entre mi mamá y el hermano que mencioné previamente. Lo último que se dijo y que guardé en mi cabeza para meditarlo, fue que un tipo de personas con un defecto especifico de carácter tenían el patrón de dejar los proyectos o trabajos inconclusos y que ese tipo de personas predestinaban ciertos fracasos en más aspectos de sus vidas.       

bien arrogante el bro
Mucho tiempo atrás, cuando tenía alrededor de 13 o 14 años, me puse a armar una Mansión X para jugar con mi colección de muñecos. Me sentía confiado y creía que sería una tarea fácil y en un par de días me encontraría jugando alguna aventura. Anakin Skywalker estaría orgulloso de mi arrogancia.

La primera versión de mi mansión empezó con una caja de bocinas que fungió como el edificio central de la mansión, sumé dos cajas de huevo que sirvieron para ensamblar los edificios laterales, corté y pegué con cola blanca. Era una tarea odiosa que retrasaba mi progreso y en las condiciones de las cajas de huevo (torcidas o manchadas) se volvía frustrante. Como no tenía prensas a mi alcance recurrí a fijar las piezas con cintas adhesivas del tipo que tuviera a mi alcance. 

Tardé meses, alternando mi vida normal con la construcción de mi proyecto. Y de cualquier forma, una vez que la casa tomó forma, su estado incompleto no me impidió jugar con mis muñecos y disfrutar el viaje. 

Entendí que cuando empiezo algo, tengo la motivación a tope y como consecuencia, todas mis emociones se alinean para sacar adelante las tareas inmediatas. También descubrí que hay un momento de estancamiento que pone en riesgo la continuidad de todo el aparato emocional. Mi descontento con el progreso, inexperiencia y falta de recursos aumentan el riesgo de contrarrestar la voluntad de seguir adelante. 

El cerebro tiende a buscar algún estimulo que sirva como recompensa para seguir invirtiendo sus recursos en la tarea asignada o de lo contrario se pone en huelga.

Cuando mi cerebro entró en huelga, me volví más critico y me desenamoré de la realidad. Pasados meses la estructura tenía ventanas, techos y pintura exterior y era enorme y estorbosa tal como debía ser para las figuras de toybiz "pre-legends" de 15 cm. En el interior había 2 plantas y los áticos, la cocina tenía algunos muebles primitivos que había logrado hacer fácilmente pero el resto estaba sin amueblar y las paredes eran feas y exhibían manchas de grasas y huevo de sus usos previos. Aquello parecía no tener fin, frente a mi se alzaba la monumental tarea de hacer decoraciones y acabados que asemejaran la elegancia del estilo arquitectónico de la mansión y ya no me sentía a la altura.

Del album de estampas de Panini para Dioramax
La Mansión X de cajas y cola, era un gran logro para mi edad, mucho más elegante y proporcionada que una casa del estilo de "fisher price". Aún así no era lo que tenía en mente, pues había aprendido a reconocer muchas de mis carencias. La gente que iba de visita, como es común entre las personas que no están acostumbradas a ver a niñatos con pasatiempos así, se asombraban al pasar casualmente por el cuarto donde estuvo expuesta la maqueta por meses después de abandonarla. Un día la rompí para que cupiera en los botes de basura, mientras lo hacia, aprendí más de las limitaciones del material, el pegamento y mi técnica.


Continuará...               


      


 

 

 

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